Discusión
por Santiago Llach
Saer, ¿no te gusta Saer?, preguntó ella.
No, le dije, me aburre.
Además era un gordo feo
y un puto reprimido.
Dicen que cogió con Caparrós.
¿Cómo sabés?, me preguntó.
Porque pagué $10 en el MALBA, le dije,
para ver un documental de tres horas
que hablaba del tema.
¿Y Gelman? ¿No es bueno Gelman?
No, le dije. Gelman es un montón de basura social.
Es un militar reprimido, como todos los montoneros.
Un fascista de calesita.
Si no fuera un poeta sensiblero,
Gelman sería un taxista facho.
¿Y Borges?, ¿qué te parece Borges?
Me parece una vieja pasada de moda.
Prefiero gastar el tiempo y la plata
tomando cerveza con amigos.
¿Y ese que escribía policiales?, me preguntó.
El que después fue montonero…
¿Walsh? Un juntamierda. Un asesino.
Un tipo que trabajó toda su vida
para que cuando muriera
le hicieran un monumento.
Si no hubiera tenido todas esas ideas jodidas en la cabeza
habría sido un novelista divertido
Pero a vos no te gusta nadie, me dijo.
¿Quién te dijo?, le pregunté.
Vos, me dijo.
Vos tenés un montón de mierda en la cabeza, le dije,
por eso no entendés.
Los chicos de los suplementos culturales
y los chicos de las cátedras de sociales
te arruinaron la forma de pensar
y te quitaron la libertad.
Entonces ella se paró, dio un portazo y se fue.
Fui a internet y puse una versión de Cum on feel the noise por Oasis.
Vi que ella se había olvidado la cartera encima de mi cama.
De todas maneras habría encontrado otra excusa
para volver al día siguiente.
martes, 25 de agosto de 2009
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