martes, 31 de marzo de 2009

sábado, 28 de marzo de 2009

"Hay cada uno..." (la muerte nos libre de ellos...) pt 2

Siguiendo con nuestros estudios sobre la vida y obra de José Pablo Feinmann, encontré otro morceau de bravoure del conocido intelectual antifascista en el que propone la creación de una nueva bandera argentina que en lugar del sol tenga el pañuelo de las madres y abuelas del presidente.


El Sócrates criollo remata el artículo con esta conmovedora frase: "Aquí, desde estas líneas, tenemos una propuesta que debiera ser casi inapelable. El único símbolo nacional glorioso, universalmente aceptado, honrado e incorporado por otros países como símbolo de la más pura de las luchas, la de lucha por los derechos humanos es el pañuelo de las Madres y las Abuelas de Plaza de Mayo. Para este siglo XXI, para esta lucha de hoy contra la globalización del Uno Imperial, necesitamos otra bandera. Que sea azul y que sea blanca, como la anterior. De acuerdo. Pero le sacamos ese sol de la guerra y ahí, en ese lugar, reemplazándolo, ponemos el pañuelo blanco de las Madres y la Abuelas, el pañuelo de la paz, el de la vida, el de nuestro más genuino, verdadero orgullo."

"Hay cada uno..." (la muerte nos libre de ellos...)

Luego de que tildara a los porteños de "fascistas" y de "reverendos pelotudos", el filósofo kirchnerista por opción e invitación, volvió a cargar contra los ciudadanos de la Ciudad que votaron por el PRO tanto el 3 de junio como ayer 24, ratificando su deseo de cambio de rumbo político.

Sin embargo, las profundas "reflexiones" que esgrimió en una matutina columna editorial José Pablo Feinmann alertan sobre la intolerancia de ciertos sectores al triunfo de los rivales políticos por sobre los propios y ponen en evidencia la falta de autocrítica al culpar al propio mensajero por la falta de resultados positivos.

Feinmann volvió esta vez a apuntar contra la clase media porteña, pero también sobre Daniel Filmus, el candidato K que ayer perdió por 22 puntos contra Mauricio Macri.

Ironías complicadas de entender, el filósofo oficial advirtió que uno de los errores del ministro de Educación era contar con un apellido "imposible para la política" por las pocas palabras con las que se lo podría apadrinar para una rima. En cambio, según Feinmann, "todo rima con Perón".

Reduce además las cualidades del elegido por el presidente Néstor Kirchner a ser una "buena persona" y "un buen muchacho universitario" y pronostica con el diario del lunes que "no podía nuclear a un electorado. No tenía nada esencial para hacerlo: ni el nombre ni el carisma".

En otro tramo de su columna de exclusiva opinión, Feinmann carga contra la votante clase media: "Con su renovada prosperidad, recobró su nivel habitual de fascismo". Y vuelve a golpear contra el candidato perdedor al asegurar que "Filmus dijo que él no creía eso. Pura demagogia".

"Qué bien construyó su derrota el filmusismo", vuelve a achacar el intelectual de izquierda. "La construyó dos veces. Porque acaso debió perder una sola. Pero no: se buscó la segunda piña. Se perdió la elegancia de reconocer el triunfo claro que su adversario tuvo en la primera vuelta y salió a buscar el centro del ring en el segundo round".

Por otro lado, Feinmann decidió volcar sus pensamientos sobre el líder de PRO. "Filmus da River. Macri es Boca. Todos sabemos qué es Boca. Boca es el equipo de la garra, de la fuerza. No es el equipo del 'jogo bonito'. Es el equipo del Tano Roma. Del tanque Rojas. Del Rata Rattín", dice el intelectual peronista.

Y sigue: "Se votó a Macri para que les haga una plancha definitiva a los negros" y agregó que ese mandato hacia el hombre boquense estaba dirigido para que lo hiciera contra "los posibles invasores de la periferia como a los que andan enroñando y afeando este jardín que es la Atenas del Plata"

domingo, 22 de marzo de 2009

"La idea fija" (1932) de Paul Valéry.



“El mar desaparecía y reaparecía ante mi vista. Le oía, feliz, batir muy suavemente; y volver a batir; y producir y producir un tiempo infinito.”

Pág 20.

“-¡Nadar, chapotear en lo que ignoramos, por medio de lo que sabemos! Es divino.”

Pág 39.

“- Los antiguos tanteaban como nosotros. Tanteaban en la experiencia inmediata, lo mismo que hacemos nosotros en el campo del microscopio.”

Pág 44.

En La idea fija, Valéry, Paul, Editorial Visor Vis, Madrid, 1988.

viernes, 20 de marzo de 2009

"José Carlos Mariátegui un marxismo indígena" de Luis Sicilia.



“Estoy políticamente en el polo opuesto de (Leopoldo) Lugones. Soy revolucionario. Pero creo que entre hombres de pensamiento neto y posición definida es fácil entenderse y apreciarse, aun combatiéndose. Sobre todo, combatiéndose.
(…) En Lugones he admirado siempre al artista, al pensador que se expresa sin equívoco y sin oportunismo. Ideológicamente estamos en campos adversos. Me aflige que él refuerce con su nombre y con su acción a los conservadores. Aunque siempre es una ventaja encontrarse con adversarios de su estatura. Carta a Samuel Glusberg, 30 de abril de 1927.”

Pág 81-82.

“Por ahí es también lamentable su desaparición, ya que, no obstante las apariencias, salga siempre tan difícil de hallar un escritor de pensamiento propio. Leopoldo Lugones, nota publicada en la revista Vida Literaria, en mayo de 1930.”

Pág 92.

En José Carlos Mariátegui un marxismo indígena, Sicilia, Luis, editorial capital intelectual, 2007.

"Rainer Maria Rilke Itinerario y estilo" de Angel J Battistessa.



“Para Rilke (…) crear es, ante todo, crearse. De ahí que, para crear cabalmente algo, todo el ser del artista tenga que participar, y desde sus raíces, en el acto mismo de la creación, hacerse a él.”

Pág 30.

“Como Nietzsche pensaba que no hay alegría sin plenitud, así se trate de una plenitud desgarradora. Y en esa plenitud –en el juego enterizo de lo que es el cuerpo con lo que es el alma- encontraba la mejor norma de conducta y los dictados de una moralidad tan rigurosa como flexible.”

Pág 34.

“…¿Acaso estamos aquí para decir: casa.
puente, fuente, puerta, cántaro, árbol frutal, ventana,-
a lo más: columna, torre…? No, estamos, entiéndelo,
para decir lo que las cosas por sí mismas nunca
pensaron ser íntimamente.”

(Elegías de Duino)

Pág 80-81.

En Rainer Maria Rilke Itinerario y estilo, Battistessa, Angel J, Editorial Ollantay, Buenos Aires, 1950.

miércoles, 18 de marzo de 2009

"La senda del perdedor" de Charles Bukowski.



“El beber era lo único que evitaba que un hombre se sintiera desplazado e inútil. Todo lo demás era luchar y luchar, abriéndose paso a tajos. Y nada era interesante, nada. Todo el mundo era igual, reprimiéndose y controlándose. Y yo tenía que vivir con esos mamones el resto de mis días, pensé. ¡Dios mío! Todos tenían un agujero en el culo y órganos sexuales y bocas y sobacos. Se sentaban y charloteaban y eran tan estúpidos como la cagada de un caballo. Las chicas tenían buen aspecto vistas a distancia, con el sol filtrándose entre sus ropas y cabellos. Pero cuando se acercaban y mostraban sus cerebros a través de la cháchara de sus bocas, te sentías con ganas de excavar una trinchera en una colina y esconderte con una ametralladora. Verdaderamente nunca sería capaz de ser feliz, casarme y tener hijos. Demonios, ni siquiera podía obtener trabajo como lavaplatos.”

Pág 247.

En La senda del perdedor, Bukowski, Charles, Editorial Anagrama, Barcelona, 1987.

viernes, 6 de marzo de 2009

Deleuze y la maquina de guerra israelita.



Que un yuppie en el Metro de París pueda leer ¿Qué es la filosofía? de Deleuze y Guattari mientras se traslada a hacer negocios a la Bolsa de Comercio ya no debería sorprender a nadie. Más difícil sería que un oficial israelí en un tanque en la Franja de Gaza se pusiera a leer Mil mesetas. Capitalismo y esquizofrenia antes de disparar sobre niños terroristas (o terroristas-niños). Sin embargo, esto también ya ha ocurrido.

Para evitar francotiradores y trampas “cazabobos”, los soldados israelíes aprendieron a entrar por el costado de las casas abriendo agujeros en paredes laterales y así poder moverse de una habitación a otra, con un dispositivo de observación manual que produce representaciones tridimensionales de cuerpos orgánicos entre obstáculos. También a usar bombas ligeras y precisas, como la GBU-39, que minimiza daños colaterales sobre la superficie, pero puede penetrar bajo tierra para destruir túneles y escondites. O a llamar por teléfono a residentes de Gaza haciéndose pasar por árabes preocupados de países limítrofes que preguntan por familias vecinas y así obtienen datos sobre la situación en el barrio. A golpear rápido, disparar y ocultarse, huir pero llevándose un arma, entrar por donde menos se espera, como milicianos islámicos o guerrilleros de todas las épocas, máquinas de guerra nómades, flexibles, móviles, errantes, dispersas.

Las nuevas tácticas no sólo fueron posibles por el desarrollo técnico de la industria militar norteamericana ni evolucionaron meramente en forma espontánea sobre el campo de batalla, ajustándose “por instinto” a condiciones cambiantes. Los textos deleuzeanos habrían tenido efectos impensados y acaso anómalos pero duraderos en las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), donde fueron introducidos en los años ‘90 por el brigadier general (hoy retirado) Shimon Naveh, director del Operational Theory Research Institute (OTRI), en el cual participaron militares en actividad junto a académicos civiles. Allí los oficiales pudieron leer en hebreo a Deleuze y Guattari, entre otros pensadores franceses. Y comenzaron a familiarizarse con conceptos como el de rizoma, cuyos principios de conexión, heterogeneidad, multiplicidad, ruptura y cartografía ofrecieron al ejército israelí un modelo de despliegue descentralizado e irregular para enfrentar a las guerrillas palestinas en su propio terreno.

Un espacio estriado
En el rizoma, dice Deleuze, cualquier punto puede ser conectado con cualquier otro, la línea no sigue un contorno, no está subordinada a la horizontal ni a la vertical, la diagonal se libera, rompe o serpentea, pasa entre los puntos y entre las cosas (y las casas). El rizoma pertenece a un espacio liso, no estriado, otro concepto que también comenzó a discutirse en las FDI en términos de operatividad militar. Un espacio estriado es siempre limitado y limitante. Como la ciudad o la ruta: en él se ordenan las vías fijas y hasta las variables en la circulación, se va de un punto a otro, se distingue de modo tajante entre lo exterior y lo interior, lo público y lo privado, en él rige lo sedentario, la propiedad, el Estado y la Ley. Un espacio liso, en cambio, es abierto e indefinido como el mar o el desierto, es el espacio de los nómades, de la variación continua, allí donde los puntos tienden a subordinarse al trayecto, donde es posible trazar una diagonal pura y se producen los flujos y movimientos de manada, enjambre o cardumen, con todas esas multiplicidades que siempre escapan, contagian, infectan, desenraizan, sorprenden.

“Las áreas palestinas podrían entenderse como estriadas, en el sentido en que están cercadas por vallas, muros, zanjas, obstáculos”, decía Shimon Naveh en una entrevista con Eyal Weizman, autor del libro Hollow Land: Israel’s Architecture of Occupation. “En las Fuerzas de Defensa de Israel se utiliza ahora con frecuencia el término ‘alisar el espacio’ cuando quiere referirse a realizar una operación en el espacio como si éste no tuviera fronteras. Antes que contener u organizar nuestras fuerzas de acuerdo a fronteras existentes, el ‘alisamiento’ nos permite movernos a través de cualquier barrera.” Naveh, un hombre que según algunos periodistas tiene el cuerpo de Rambo y la cabeza de Foucault (incluso la calva), ha utilizado a Deleuze para pensar contra la lógica binaria que opone teoría y práctica, modelo y terreno, uso y función, a fin de emancipar la acción militar de toda restricción y transformar, cada vez que sea necesario, el espacio privado en una superficie pública y sin fronteras.

Uno de sus mejores alumnos fue el brigadier general Aviv Kochavi, comandante de Brigada de Paracaidistas que aplicó sus lecturas de Mil mesetas al ataque al campo de refugiados de Balata y a la ciudad vieja de Nablus en la Ribera Occidental en 2002. Allí, en una operación de “geometría urbana inversa”, Kochavi implementó por primera vez en forma masiva el método de “caminar a través de las paredes”, es decir, abriendo boquetes en las casas para evitar el desplazamiento por calles, rutas y puertas de entrada donde pudieran hallar trampas o francotiradores. Así lo explicó Kochavi al arquitecto Weizman: “Este espacio al que diriges tu mirada, esta habitación que miras, no es más que tu interpretación de la misma... ¿Cómo interpretas un callejón? ¿Tal como lo haría cualquier arquitecto o urbanista: un lugar a través del cual se puede caminar? ¿O como un lugar por el que está prohibido caminar? Nosotros optamos por la metodología de caminar atravesando paredes como un gusano que se abre camino comiendo, surgiendo en ciertos puntos y después desapareciendo”. Esa “maniobra rizomática” provocó la destrucción de 800 viviendas y la muerte de cerca de 500 palestinos. Y Kochavi, ya como comandante general de división en Gaza, tuvo que cancelar en 2006 un viaje a Londres tras advertir que podía ser detenido y juzgado por crímenes de guerra.

No sólo los autores de Mil mesetas, sino Jean-François Lyotard, Paul Virilio e incluso Guy Debord fueron estudiados –diríase, como mínimo, “fuera de contexto”– dentro del instituto fundado por Naveh, en el que cursaron, entre otros, el comandante de colegios militares israelíes Gershon Hacohen, el jefe de una unidad de inteligencia Nitzan Alon y el brigadier general Gal Hirsch, comandante de la División 91 que actuó en Líbano en 2006. Pero el principal referente que tomaron para pensar en contra del viejo concepto militar de segmentos estrictos, con batallones y regimientos en formación lineal, para que el soldado israelí se ajuste a la capacidad furtiva de sus oponentes y actúe en enjambre, de modo disperso, difuso y flexible, fue sin duda el “comandante Deleuze”. Como dijo Naveh a Yotam Feldman, periodista del matutino Haaretz, cuando se le preguntó si era consciente de que el pensamiento de resistencia y liberación de Deleuze había sido influido por las revueltas de 1968: “Por supuesto. Y esta guerra tiene que conducir a la liberación de los palestinos. Liberación es crear una prisión y desmantelarla, crear una forma de pensamiento y desmantelarlo: liberación es la idea de cambio permanente... Y el movimiento de ejércitos implica liberar al pensamiento de sus cadenas”.

Bajo cada judio, un egipcio
Alguno dirá que no lo leyeron bien, que olvidaron la condena de Deleuze a la ocupación israelí en 1987. Otro observará que ciertas apropiaciones de este autor tienden a crear jerga para uso y abuso. Otro, que una lectura sesgada y fragmentaria puede perfectamente oponer a los sacerdotes despóticos del Islam y a los arcaicos estados teocráticos, árabes o persas, toda la artillera teórica deleuzeana, con sus trazados conectivos y contagios del pensamiento producido en estados capitalistas “avanzados”. Y aun otro podrá lamentar que en la guerra las palabras no sirvan o que también entren en guerra las palabras.

De cualquier manera, la introducción de estos textos en las fuerzas armadas israelíes no dejó de ser una aventura marginal. Naveh tuvo que retirarse en 2005 tras un informe negativo acerca de su instituto, cuestionado porque la mayor parte de la investigación había tenido producción oral y no escrita, y por otras críticas de académicos militares que señalaban que su trabajo estaba viciado por una “indistinción posmoderna entre mentira y verdad”.

Hoy Naveh es ya un autor publicado en Londres (In Pursuit of Military Excellence: The Evolution of Operational Theory) y consultor en EE.UU., da conferencias en varios países y, sintiéndose incomprendido, suele lanzar agresiones de cierto calibre (“idiotas”, “ignorantes”) sobre muchos jefes militares israelíes, a quienes acusa de no haber sabido conducir con inteligencia la guerra. Pero los efectos de las lecturas que introdujo pueden tener largo alcance. La última intervención en Gaza parece confirmar la intención de las FDI de operar tanto a escala convencional, con bombardeos masivos sobre poblaciones civiles, como a través de “maniobras fractales” más selectivas para “alisar” el terreno. En fin, ya se sabe: ser fluidos, cambiantes, apelar a todos los recursos, entrar por la ventana en vez de usar la puerta. Queda por ver si terminarán teniendo más capacidad de mutación y conectividad que los milicianos de Hamas en Palestina.

En Mil mesetas, Deleuze y Guattari describen cómo los Estados convierten las máquinas de guerra inventadas por los nómades en instituciones militares, cómo las adaptan a la forma estatal, y cuáles son las consecuencias de esa adaptación. Una de ellas es que pueden terminar convirtiéndose en máquinas de (auto)destrucción, con la guerra como único objetivo. “Es cierto que la guerra mata y mutila espantosamente. Pero lo hace tanto más cuanto el Estado se apropia de la máquina de guerra.” Refieren al ejemplo del nazifascismo europeo, por cierto: un nihilismo realizado, una pura línea de autoabolición. El Estado suicida del que habló Virilio. Pero ¿qué lejos estamos del encuentro con ese peligro final en Medio Oriente?

“Bajo cada negro y cada judío hay un egipcio”, decía Deleuze. En jerga criolla básica: aun las minorías más perseguidas y las formas más evolucionadas recubren una inscripción despótica, un sueño de faraón o emperador, un Führer en potencia. Cierta miopía puede ilusionar a algunos con que esas lecturas habrían de volverlos más claros, mejores, superiores. La claridad del microscopio, del radar que mira a través de las paredes, la claridad que enceguece. De esa oscura claridad al delirio del poder hay un solo paso. Y de ese poder a la guerra por la guerra en sí, apenas otro.

miércoles, 4 de marzo de 2009

"La campana de cristal" de Sylvia Plath.



“Si la señora Guinea me hubiera dado un pasaje a Europa, o un viaje alrededor del mundo, no hubiera habido la menor diferencia para mí, porque donde quiera que estuviera sentada- en la cubierta de un barco o en la terraza de un café en París o en Bangkok- estaría sentada bajo la misma campana de cristal, agitándome en mi propio aire viciado.”

En La campana de cristal, Plath, Sylvia, Editorial Edhasa, 2005.

domingo, 1 de marzo de 2009

"El corazón de las tinieblas" de Joseph Conrad.



“Los sueños de los hombres, la semilla de las colonias, el germen de los imperios.”

Pág 20.

“Para mí él era sólo una palabra. Yo no veía a la persona en el nombre, no más de lo que vosotros podáis verlo. ¿Lo veis? ¿Veis el relato? ¿Veis algo? Tengo la sensación de estaros contando un sueño, pero inútilmente, porque ningún relato de un sueño puede transmitir la sensación del sueño, esa mezcla de absurdo, sorpresa y aturdimiento en un temblor de rebelión agónica, esa sensación de ser capturado por lo increíble, que constituye la esencia de los sueños…”

Pág 52.

Pág 87 – Etnocentrismo.

“No había visto yo visto nunca nada parecido al cambio que sobrevino en sus facciones, y espero no volverlo a ver. Oh, no me conmovió. Me fascinó. Fue como si se hubiera desgarrado un velo. En aquella cara de marfil vi la expresión del orgullo sombrío, del poder despiadado, del terror pavoroso; de una desesperación intensa y desesperanzada. ¿Estaba acaso viviendo de nuevo su vida en cada detalle de deseo, tentación y renuncia durante aquel momento supremo de total conocimiento? Gritó en susurros a alguna imagen, a alguna visión; gritó dos veces, un grito no más fuerte que una exhalación: “¡El horror! ¡El horror!””

Pág 117.

En El corazón de las tinieblas, Conrad, Joseph, Editorial Alianza, 1997.

"Cibermundo ¿una política suicida?" de Paul Virilio.



“La velocidad es el poder mismo.”

Pág 17.

“La película es una estética de la desaparición puesta en escena por las secuencias. No es simplemente un problema de transporte, es la velocidad de la toma de la instantánea fotográfica, luego la velocidad de veinticuatro imágenes por segundo, las que revolucionarán la percepción y cambiarán totalmente la estética. Frente a la estética de la desaparición, sólo queda una persistencia retiniana. (…) la aparición de una estética de la desaparición, que prolongan hasta nuestros días el vídeo y la televisión.”

Pág 24-25.

“Cuando uno se priva de la lectura y de la escritura, uno se priva de la palabra, por lo tanto, del otro. La socialización se hace a través de la lengua, las lenguas. La primera manera de amarse es a través de la palabra. Esta necesidad social se ve fuertemente amenazada por las tecnologías de la información.”

Pág 64.

“Los problemas de la pluralidad de las visiones del mundo y de las relaciones con el tiempo del mundo se plantean como problemas políticos esenciales en este fin de siglo.”

Pág 80.

En Cibermundo ¿una política suicida?, Virilio, Paul, Editorial Dolmen, Santiago de Chile, 1997.

"La violencia del mundo" de Jean Baudrillard y Edgar Morin.



Jean Baudrillard

“(…) en nuestro universo mediático, la imagen está ahí en lugar del acontecimiento. Ésta lo sustituye, y el consumo de la imagen agota el acontecimiento por procuración. Esta visibilidad de sustitución es la estrategia misma de la información –es decir, de hecho, el intento de alcanzar la ausencia de información por todos los medios. De la misma manera, la guerra actual es la búsqueda de la ausencia política por otros medios.”

Pág 18.

Edgar Morin

“La idea de una policía planetaria no debe olvidarse de la necesidad de una política planetaria. Tenemos la World police, pero no la World policy. Queda por pensar esta política que habría que llevar a la escala mundial.”

Pág 42.

En La violencia del mundo, Baudrillard, Jean y Morin, Edgar, Editorial libros del Zorzal, 2003.

"Poder y desaparición" de Pilar Calveiro.



“(…) cuando en febrero de 1975 por decreto del poder ejecutivo se dio la orden de aniquilar a la guerrilla, a través del Operativo Independencia se inició en Tucumán una política institucional de desaparición de personas, con el silencio y el consentimiento del gobierno peronista, de la oposición radical y de amplios sectores de la sociedad.”

Pág 26.

“Desde este punto de vista, la teoría de los dos demonios no es más que otra forma de reproducir el pensamiento binario. Según esta explicación, se pretende que la sociedad argentina fue agredida por dos “engendros”, extraños y ajenos, crueles e inhumanos, Otros (dos en lugar de uno), una vez más perfectamente diferentes e incomprensibles, “locos”, que es preciso desaparecer. Como se puede ver, exactamente los mismos elementos y la misma solución: la desaparición.”

Pág 98.

En Poder y desaparición: los campos de concentración en Argentina, Calveiro, Pilar, Ediciones Colihue, 2008.