martes, 28 de diciembre de 2010

"Seda" de Alessandro Baricco.



“Cuando la soledad le oprimía el corazón, subía hasta el cementerio para hablar con Helene. El resto de su tiempo lo consumía en una liturgia de costumbres que conseguía preservarle de la infelicidad. De vez en cuando, en los días de viento, bajaba hasta el lago, y pasaba horas mirándolo, puesto que, dibujado en el agua, le parecía ver el inexplicable espectáculo, leve, que había sido su vida.”

Pág 125.

Seda, Baricco, Alessandro, Anagrama, Buenos Aires, 2006.

domingo, 12 de diciembre de 2010

"Las señoritas de Wilko" de Jaroslaw Iwaszkiewicz.



“El trabajo le absorbía de tal modo que no tenía tiempo para pensar, pero así era mejor, pues por propia experiencia sabía que ello no conducía a nada. Así las cosas, la muerte de su amigo Jurek vino no obstante a quebrar su equilibrio. No lograba encontrarse a sí mismo y se sentía tan mal que finalmente fue a consultar a un facultativo.”

Pág 65.

“Y de súbito, ante sus ojos, sobre los semblantes de aquellas blancas mujeres vio desfilar todo un tropel de imágenes, acontecimientos, luchas y esfuerzos baldíos. Pensó en todo cuanto constituía su vida, complicada y destrozada desde un principio, y sintió un estremecimiento.
-No, no, la verdad sea dicha, no hago nada digno de resaltarse -dijo-. No vale la pena hablar de ello, vivo como todo el mundo.
Y tomó conciencia de pronto cuán horrible era aquello: vivir como los demás y que los demás vivieran como él.”

Pág 77.

“Habían sido tantas las ilusiones, tantos los esfuerzos puestos en los años siguientes, que apenas si ahora, cuando se sentía tan cansado y los veía reducidos a polvo, convertidos en nada, tomaba conciencia de su pasada felicidad. Estaba claro como el agua que había malgastado su vida, como suelde decirse en las familias burguesas. Pecado imperdonable el de no advertir el momento de la propia felicidad.”

Pág 139.

Las señoritas de Wilko, Iwaszkiewicz, Jaroslaw, editorial cátedra, 1993.

lunes, 6 de diciembre de 2010

"Ritos caníbales en América" de Blanco Villalta.



“La esperanza de alcanzar la vida perdurable estaba cifrada en obtener la calidad de héroe muerto en el campo de batalla o sacrificado en país enemigo, dentro del rito religioso. Para las mujeres muertas de parto el cielo del ocaso estaba abierto, se les concedía el nombre de mociuaquetzqui, el guerrero que ha tomado forma de mujer.”

Pág 42.

Ritos caníbales en América, Villalta, Blanco, editorial casa Pardo, 1970.

sábado, 4 de diciembre de 2010

"Orgullo Carlos Jáuregui, una biografía política" de Mabel Bellucci.

“El 1 de mayo de 1974, de algunas filas de Montoneros respondían a los ataques que habían recibido por parte de la derecha peronista con el famoso cantito: “No somos putos, no somos faloperos. Somos soldados de FAR y Montoneros”.

Pág 50.

“Mediante el decreto presidencial n 659 –que no fue firmado por Isabel Martínez de Perón sino por Juan Perón y José López Rega, como ministro de Bienestar Social- se prohibían las actividades destinadas al control de la natalidad; por lo tanto, la mira se centraba en la información, difusión y venta libre de métodos anticonceptivos en hospitales públicos. No conforme con ello, fueron por más. Así, organizaron campañas populares de educación sanitaria para destacar los riesgos de someterse a métodos anticonceptivos. La conjura entre el estado y la Iglesia logró su cometido (…)”

Pág 112-113.

Orgullo Carlos Jáuregui, una biografía política, Bellucci, Mabel, Editorial Emecé, 2010.

viernes, 3 de diciembre de 2010

"Hank la vida de Charles Bukowski" de Neeli Cherkovski.



“La acusación más grave que Bukowski hace a la sociedad, y que encontramos a lo largo de toda su obra, es que la gente, atemorizada por las condiciones sociales y económicas, acaba aceptando la humillación y el fracaso. Aceptan puestos que les roban individualidad y gradualmente van aceptando, e incluso admitiendo, la sumisión a otras personas con puestos de mayor poder. Así pierden la capacidad de pensar por sí mismos.”

Pág 53.

“Nota: dije que no sabía escribir un prólogo y se me dijo que lo escribiera, simplemente como escritor, pero no soy escritor. De qué tengo miedo: de convertirme en uno, en uno muy bueno, de aprender a DARME AIRES…Me asusta y ya no confío en mí mismo. El miedo a quedarme fuera y ya no poder ver nunca más la verdadera luz con mis propios ojos…También es malo amar este libro; no confiamos en ese amor. Tengo tan mala suerte, voy calle abajo…pensando en eso, en mi suerte: OTRO LIBRO…las gentes (especialistas incluidos) hablan de mí en grupos –como poeta- como escritor de poemas, y saben más de Bukowski que él mismo…me arrastro hacia el agujero al que normalmente suelo arrastrarme después de un libro, olvidándome del sol de madera, olvidándome de la imagen, venderse o no venderse…”

Pág 148.

Hank la vida de Charles Bukowski, Cherkovski, Neeli, editorial Anagrama, 1993.