domingo, 27 de abril de 2008

"El sendero de los nidos de araña" (1946) de Italo Calvino.



“El neorrealismo no fue una escuela. (…)Fue un conjunto de voces, en gran parte periféricas, un descubrimiento múltiple de las diversas Italias, también –o especialmente- de las Italias hasta entonces más inéditas para la literatura. Sin la variedad de Italias desconocidas la una de la otra –o que se suponían desconocidas-, sin la variedad de dialectos y jergas capaces de hacer fermentar la masa de la lengua literaria, no habría habido neorrealismo”.

Pág 14.

“Y el más solitario de todos fue el que consiguió escribir la novela que todos habíamos soñado –cuando nadie se lo esperaba ya-, Beppe Fenoglio, que llegó a escribirla pero no a terminarla (Una cuestión privada), y murió antes de verla publicada, en plenos años cuarenta.”

Pág 33.

“-Es un preso común. Olvídate de él. En los presos comunes no se puede confiar.
-¿Por qué? ¡Yo lo conozco!
-Son un proletariado sin conciencia de clase- dice Lobo Rojo.”

Pág 81.

“En esos momentos se excita: piensa en los fascistas cuando lo azotaban, piensa en las caras azuladas e imberbes de la oficina de interrogatorios, ta-tatatá, ya están todos muertos, y muerden la alfombra tendida debajo del escritorio del oficial alemán con sus encías sanguinolentas. Ahora el ansia de matar está también en él, áspera y ruda, de matar incluso al plantón escondido en el gallinero, aunque sea un tonto, justamente porque es un tonto, de matar también al centinela triste de la cárcel, justamente porque es triste y tiene la cara llena de tajos hechos con la navaja de afeitar. Hay en él un ansia remota como el ansia de amor, un sabor desagradable y excitante como el humo y el vino, un ansia que no sabe bien por qué la tienen todos los hombres y que debe de contener, cuando se la satisface, placeres secretos y misteriosos.”

Pág 127.

“El Carabinero sigue exponiendo su concepción de la historia: hay dos fuerzas que se enfrentan, los carabineros, pobres gentes como él, que quieren mantener el orden, y los estudiantes, la raza de los peces gordos, de los caballeros de la Corona de Italia, de los abogados, de los doctores, de los commendatori, la raza de los que cobran sueldos que un pobre carabinero ni siquiera sueña, y todavía no tienen bastante y los mandan a ellos a hacer la guerra para aumentarlos.”

Pág 158-159.

“Después, detrás de los hombres, la gran máquina de las clases que avanzan, la máquina impulsada por los pequeños gestos cotidianos, la máquina donde otros gestos arden sin dejar huellas: la historia.”

Pág 168.

En El sendero de los nidos de araña, Calvino, Italo, Editorial Tusquets, 1991.

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