jueves, 3 de julio de 2008

"Los subterráneos" (1958) de Jack Kerouac.



“Creedme; no hay nada limpio, nada saludable, nada prometedor en esta época de prodigios; nada, excepto seguir contando lo que pasa.”

Henry Miller, Prólogo a “Los subterráneos” de Jack Kerouac.

“(…) la suya y la de su generación no es tanto una negación de normas morales como una ignorancia de las normas morales.”

Pág 20, Introducción de Fernanda Pivano.

“(…) pero mientras hablábamos del túnel una gran corriente eléctrica de verdadera comprensión pasaba entre nosotros y yo podía sentir los otros planos, la cantidad infinita de otros planos, de distintas entonaciones de voz y en la mía, y el mundo de significados de cada palabra; no me había dado cuenta nunca de cuántas cosas suceden todo el tiempo, y la gente lo sabe, lo demuestra en sus ojos, aunque se niega a demostrarlo delante de los demás.”

Pág 62-63.

En Los subterráneos, Kerouac, Jack, Editorial Anagrama, Barcelona, 1996.

1 comentario:

Cesareo dijo...

Jack, el viejo Jack. Recorriendo las carreteras de América, seguido por sus gatitos. Devorando la vida, a borbotones, con su mochila existencial a cuestas. Buscándose en las altas montañas, con los vagabundos del Dharma, bebiendo hasta el exceso, chapoteando entre las estrellas en dirección, siempre a la fuente de la vida.