martes, 28 de diciembre de 2010

"Seda" de Alessandro Baricco.



“Cuando la soledad le oprimía el corazón, subía hasta el cementerio para hablar con Helene. El resto de su tiempo lo consumía en una liturgia de costumbres que conseguía preservarle de la infelicidad. De vez en cuando, en los días de viento, bajaba hasta el lago, y pasaba horas mirándolo, puesto que, dibujado en el agua, le parecía ver el inexplicable espectáculo, leve, que había sido su vida.”

Pág 125.

Seda, Baricco, Alessandro, Anagrama, Buenos Aires, 2006.

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