lunes, 30 de noviembre de 2009

"Los fantasmas" de César Aira.



“El desarrollo de la arquitectura “real”, es decir de los elementos decorativos, está directamente ligado con la posibilidad de acumular provisiones para los trabajadores p esclavos que hacen el trabajo, que lo hacen sin tener tiempo de ir a cazar o recoger comida. Esas acumulaciones inciden en la desigualdad. Un mecanismo que se usa para aminorar los excesos de acumulación, y regular la riqueza (sin regulación no habría riqueza), es el potlatch, la fiesta en la que se derrocha toda clase de comida y bebida y otros elementos, en un gasto loco, momentáneo, que vuelve las cosas a su nivel deseable. La fiesta, asociada a las formas temporarias o perecederas del arte, cumple con su fulgor y su abundancia la función de atraer a la mayor cantidad de gente posible; la cantidad es necesaria a su vez para que la manifestación artística, que no va a permanecer en el tiempo, sea apreciada por el mayor número posible. Hay una economía inherente a la manifestación artística, en todas sus formas, y ésta es la que se da en este caso.
Claro que el potlatch es todavía la prehistoria de la fiesta, su genealogía podría decirse, porque con el tiempo debe surgir la alternativa de que no se haga presente más gente sino gente especial, la gente que importa, sutilización de la sociabilidad. El fin lógico de este proceso es la fiesta unipersonal, de la que el sueño es el modelo más acabado.”

Pág 54.

Los fantasmas, Aira, César, Editorial Grupo Editor Latinoamericano, 1990.

"La guerra de los gimnasios" de César Aira.



“Tu frasecita, Ferdie, le dio la pista a Hokkama. Le vino como anillo al dedo. Habría sido un milagro que no se aferrara a ella. Sobre todo porque vos ya estás difundido en la sexualidad social, gracias a la televisión. Ahora, con tu cerebro en su poder, tiene la máquina infalible para dominar la reproducción de hombres y mujeres en la Argentina.”

Pág 119.

La guerra de los gimnasios, Aira, César, editorial Emece, 2006.

sábado, 7 de noviembre de 2009

"El pozo" de Juan Carlos Onetti.



“He leído que la inteligencia de las mujeres termina de crecer a los veinte o veinticinco años. No sé nada de la inteligencia de las mujeres y tampoco me interesa. Pero el espíritu de las muchachas muere a esa edad, más o menos. Pero muere siempre; terminan siendo todas iguales, con un sentido práctico hediondo, con sus necesidades materiales y un deseo ciego y obscuro de parir un hijo. Piénsese en esto y se sabrá por qué no hay grandes artistas mujeres. Y si uno se casa con una muchacha y un día se despierta al lado de una mujer, es posible que comprenda, sin asco, el alma de los violadores de niñas y el cariño baboso de los viejos que esperan con chocolatines en las esquinas de los liceos.”

Pág 34.

El pozo, Onetti, Juan Carlos, Editorial Arca, Montevideo, 1965.

"Solaris" de Stanislav Lem.



Pág 40 – Juego de dobles.

“–Un hombre normal –dijo- ¿Qué es un hombre normal? ¿Aquel que nunca cometió nada abominable? Bueno ¿pero no tuvo nunca pensamientos desordenados? Quizá ni siquiera eso…Algo, un fantasma, pudo haber surgido en él alguna vez, hace diez o treinta años, algo que él rechazó, y que ha olvidado; algo que no temía, pues sabía que nunca permitiría que cobrara fuerzas, que se manifestara de algún modo. Imagínate ahora que de pronto, en pleno día, vuelve a encontrar ese pensamiento, encarnado, clavado en él, indestructible. Se pregunta dónde está… ¿tú sabes dónde está?
-¿Dónde?
- Aquí –susurró Snaut-, en Solaris.”

Pág 81.

Solaris, Lem, Stanislav, Editorial Minotauro, Buenos Aires, 1984.

sábado, 31 de octubre de 2009

"Hollywood" de Charles Bukowski.

“Tenía que conducir a través de todo eso. Dos negritos de unos once años nos miraban fijamente desde sus bicicletas. Era odio puro, perfecto. Podía sentirlo. Los negros pobres odiaban. Los blancos pobres odiaban. Sólo cuando los negros tenían dinero y los blancos tenían dinero era cuando se mezclaban. Algunos blancos amaban a los negros. Muy pocos negros, por no decir ninguno, amaban a los blancos. Todavía estaban desquitándose. Tal vez nunca lo lograsen. En una sociedad capitalista los perdedores son esclavos de los ganadores y tiene que haber más perdedores que ganadores. ¿Qué creía? Sabía que la política nunca lo resolvería y no quedaba tiempo suficiente para la buena suerte.”

Pág 105.

“En general no había otra cosa que hacer en esas pensiones y apartamentos baratos cuando se estaba arruinado, muerto de hambre y a punto de terminar la última botella. No había otra cosa que hacer más que escuchar aquellas discusiones salvajes. Eso te hacía darte cuenta de que uno no era el único que estaba absolutamente desencantado del mundo, que uno no era el único que se encaminaba hacia la locura.”

Pág 217.

Hollywood, Bukowski, Charles, Editorial Anagrama, 1996, Barcelona.

"Kokoro" de Natsume Soseki.



“- Acabas de burlarte de esa pareja, ¿no? En tu burla había una vocecilla que se quejaba de no poder conseguir a nadie a quien amar, ¿a que sí?
- ¿Ha oído usted esa voz?
- Sí, la he oído decir eso. La persona que ha saboreado la satisfacción del amor se habría referido a ellos en un tono más cálido. Sin embargo, el amor es un delito. ¿Entiendes esto?
De repente, me asusté y no contesté nada.”

Pág 88.

“- El recuerdo de haberse arrodillado ante una persona, en un futuro te hace querer pisarle la cabeza. Yo prefiero evitar el respeto de hoy para no recibir el agravio de mañana. Mejor aguantar mi soledad actual y no una soledad futura que sería horrorosa. La gente de hoy, nacida bajo el signo de la libertad, la independencia y la autoestima, debe, en justa compensación, saborear siempre esta soledad.
Yo no tenía palabras que añadir a esto.”

Pág 93.

Kokoro, Soseki, Natsume, Editorial Gredos, Madrid, 2009.

martes, 25 de agosto de 2009

"Discusión" de Santiago Llach.

Discusión
por Santiago Llach

Saer, ¿no te gusta Saer?, preguntó ella.

No, le dije, me aburre.

Además era un gordo feo

y un puto reprimido.

Dicen que cogió con Caparrós.



¿Cómo sabés?, me preguntó.



Porque pagué $10 en el MALBA, le dije,

para ver un documental de tres horas

que hablaba del tema.


¿Y Gelman? ¿No es bueno Gelman?


No, le dije. Gelman es un montón de basura social.

Es un militar reprimido, como todos los montoneros.

Un fascista de calesita.

Si no fuera un poeta sensiblero,

Gelman sería un taxista facho.



¿Y Borges?, ¿qué te parece Borges?


Me parece una vieja pasada de moda.

Prefiero gastar el tiempo y la plata

tomando cerveza con amigos.



¿Y ese que escribía policiales?, me preguntó.

El que después fue montonero…


¿Walsh? Un juntamierda. Un asesino.

Un tipo que trabajó toda su vida

para que cuando muriera

le hicieran un monumento.

Si no hubiera tenido todas esas ideas jodidas en la cabeza

habría sido un novelista divertido


Pero a vos no te gusta nadie, me dijo.


¿Quién te dijo?, le pregunté.


Vos, me dijo.


Vos tenés un montón de mierda en la cabeza, le dije,

por eso no entendés.

Los chicos de los suplementos culturales

y los chicos de las cátedras de sociales

te arruinaron la forma de pensar

y te quitaron la libertad.


Entonces ella se paró, dio un portazo y se fue.

Fui a internet y puse una versión de Cum on feel the noise por Oasis.



Vi que ella se había olvidado la cartera encima de mi cama.

De todas maneras habría encontrado otra excusa

para volver al día siguiente.