viernes, 25 de julio de 2008

"El hombre que está solo y espera" (1931) de Raúl Scalabrini Ortiz.



"El Hombre de Corrientes y Esmeralda es el vórtice en que el torbellino de la argentinidad se precipita en su más sojuzgador frenesí espiritual. Lo que se distancia de él, puede tener más inconfundible sabor externo, peculiaridades más extravagantes, ser más suntuoso en su costumbrismo, pero tiene menos espíritu de la tierra."

Pág 26.

"Ahora, ya está cabal en el fatalismo de los mismos cuatro adjetivos que esquician los más abultados vértices del hombre de la pampa: es ocioso, taciturno, sufrido y altanero."

Pág 50.

"Mas una dañosa tentación acecha a esta juventud, un riesgo la sitia: es la de norteamericanizarse. El espíritu de la tierra no lo permitiría. El tiene un destino y ha de cumplirlo.(...)¡La ciudad no permitirá que el lucro y sus declinaciones sean la columna vertebral de su dinamismo!"

Pág 52-53.

"Huye afectivamente de su casa, donde nadie le entiende, donde el padre y la madre sólo vigilan su estado de gordura, y se entrega a la ciudad. Gandulea por sus calles, vagabundea por los parques, por los cafés. La ciudad respeta su aislamiento. No le pregunta ni le recrimina nada."

Pág 57.

"Soltero o casado, el Hombre de Corrientes y Esmeralda es un hombre que está desnudo y solo en el interior de su escéptico baluarte verbal, que está solo entre dos millones de hombres y mujeres que están solos."

Pág 65.

"El Estado es una delegación del hombre porteño(...)"

Pág 71.

"Pero en general, el intelectual no escolta el espíritu de su tierra, no lo ayuda a fijar su propia visión del mundo, a pesquisar los términos en que podría traducirse, no lo sostiene en la retasa de valoraciones que ha emprendido."

Pág 84.

"Es que en la conciencia del intelectual argentino hay una incriminación que le desasosiega. Son hombres inseguros de sí, porque han extirpado todos los sentimientos que en ellos podían alimentar una creencia."

Pág 85.

Pág 91 - Radicalismo.

Pág 132 - Cultura.

Pág 149 - Cine.

"El cadáver de mis empeños vanos fecundiza el pavimento estéril de las calles, y en cada pena ha de nacer un júbilo ajeno y venidero. En ellos revivirán mis sueños."

Pág 165.

En El hombre que está solo y espera, Scalabrini Ortiz, Raúl, Editorial Albatros, 1951.

1 comentario:

Aldana Antoni dijo...

justo ayer en estéticas I, me recomendaron éste libro.
saludos!