jueves, 1 de noviembre de 2007
"Cartas a un amigo alemán" de Albert Camus.
"(...)la certeza nacida del corazón no tiene por qué conllevar alegría. Eso confiere ya un sentido a todo lo que le escribo."
Pág 32.
"Pero tenemos fe en otra fuerza. En esas caras silenciosas, ya alejadas de este mundo, que a veces acribillan ustedes a balazos, creen desfigurar el rostro de nuestra verdad. Pero no cuentan con la obstinación que hace luchar a Francia contra el tiempo. Esa desesperante esperanza es la que nos sostiene en los momentos difíciles: nuestros compañeros serán más pacientes que los verdugos y más numerosos que las balas. Como puede usted ver, los franceses son capaces de sentir cólera."
Pág 40.
"Nunca ha creído usted en el sentido de este mundo y de ello ha extraído la idea de que todo era equivalente y de que el bien y el mal se definían a nuestro antojo. Suponía que, en ausencia de toda moral humana o divina, los únicos valores eran los que regían el mundo animal, o sea, la violencia y la astucia. De ello concluía que el hombre no era nada y que podía matársele el alma, que en la más insensata de las historias, la labor de un individuo no podía ser sino la aventura del poder, y su moral, el realismo de las conquistas."
Pág 54.
"Sigo creyendo que este mundo no tiene un sentido superior. Pero sé que algo en él tiene sentido y es el hombre, porque es el único ser que exige tener uno. Este mundo tiene al menos la verdad del hombre y es misión nuestra dotarle de razones contra el propio destino. Y no tiene otras razones que el hombre, y a quien hay que salvar es a éste si queremos salvar la idea que nos forjamos de la vida."
Pág 56.
"Sencillamente, sabemos ahora que las armas de la felicidad exigen mucho tiempo y demasiada sangre para ser forjadas."
Pág 57.
"Queremos destruir el poder de ustedes sin mutilar su alma."
Pág 59.
En Cartas a un amigo alemán, Camus, Albert, Editorial Tusquets, 1995.
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