martes, 25 de noviembre de 2008

"Eichmann en Jerusalén" de Hannah Arendt.



- En pág 76, explicación del método que utilizaban los judíos para incrementar sus divisas con ayuda de Eichmann.

“(…) la cuestión es que su lenguaje llegó a ser burocrático porque Eichmann era verdaderamente incapaz de expresar una sola frase que no fuera un clisé.”

Pág 79.

- En pág 82 anécdota tragicómica en un campo de concentración.

“El hecho, harto conocido, de que el trabajo material de matar, en los centros de exterminio, estuviera a cargo de comandos judíos quedó limpia y claramente establecido por los testigos de la acusación, quienes explicaron que estos comandos trabajaban en las cámaras de gas y en los crematorios, que arrancaban los dientes de oro y cortaban el cabello a los cadáveres, que cavaron las tumbas, y, luego, las volvieron a abrir para no dejar rastros de los asesinatos masivos, que fueron técnicos judíos quienes construyeron las cámaras de gas de Theresienstadt, centro éste en el que la “autonomía” judía había alcanzado tal desarrollo que incluso el verdugo al servicio de la horca era judío.”

Pág 187-88.

“(…) los nazis no solamente tenían que instruirlos en las exigencias propias de “una solución del problema judío”, sino también enseñarles que la estabilidad jurídica y los movimientos totalitarios son incompatibles.”

Pág 280.

En pág 317, carta de Ben Gurión al presidente de la República Argentina.

“(…) la verdad era que Eichmann carecía de autoridad para determinar quiénes debían sobrevivir y quiénes debían morir. Ni siquiera podía saberlo.”

Pág 324.

En pág 376, resumen de porqué fue un juicio injusto.

“En resumen, el proceso había sido injusto, y la sentencia también.”

Pág 376.

“Luego, prosiguió (Eichmann): “Dentro de muy poco, caballeros, volveremos a encontrarnos. Tal es el destino de todos los hombres. ¡Viva Alemania! ¡Viva la Argentina! ¡Viva Austria! Nunca las olvidaré””.

Pág 382.

En Eichmann en Jerusalén, Arendt, Hannah, Editorial Lumen, 2000.

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