"La acusación más grave que Bukowski hace a la sociedad, y que encontramos a lo largo de toda su obra, es que la gente, atemorizada por las condiciones sociales y económicas, acaba aceptando la humillación y el fracaso. Aceptan puestos que les roban individualidad y gradualmente van aceptando, e incluso admitiendo, la sumisión a otras personas con puestos de mayor poder. Así pierden la capacidad de pensar por sí mismos."
Pág 53.
"Nota: dije que no sabía escribir un prólogo y se me dijo que lo escribiera, simplemente como escritor, pero no soy escritor. De qué tengo miedo: de convertirme en uno, en uno muy bueno, de aprender a DARME AIRES...Me asusta y ya no confío en mí mismo. El miedo a quedarme fuera y ya no poder ver nunca más la verdadera luz con mis propios ojos...También es malo amar este libro; no confiamos en ese amor. Tengo tan mala suerte, voy calle abajo...pensando en eso, en mi suerte: OTRO LIBRO...las gentes (especialistas incluidos) hablan de mí en grupos -como poeta- como escritor de poemas, y saben más de Bukowski que él mismo...me arrastro hacia el agujero al que normalmente suelo arrastrarme después de un libro, olvidándome del sol de madera, olvidándome de la imagen, venderse o no venderse..."
Pág 148.
En Hank La vida de Charles Bukowski, Cherkovski, Neeli, Editorial Anagrama, Barcelona, 1993.
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