jueves, 4 de octubre de 2007

"La seducción" (1960) de Witold Gombrowicz.

"En los sueños, la maravilla procede de los lugares que están velados, que añoramos sin poder situarlos, y rodamos y rodamos a su alrededor con un alarido silencioso, absortos en una nostalgia que lo traga todo, que desgarra y encanta y se entrega.
Así rodaba yo todavía, daba vueltas, todavía tímido, inseguro...pero ya deliciosamente penetrado por la fuerza flexible que me sobrecogía -me embrujaba-
me encantaba - me embelesaba - me seducía y subyugaba - jugaba conmigo - y el contraste entre la cósmica escarcha era hasta tal punto insoportable que me puse a pensar vagamente en Dios y el milagro. ¡Dios y el milagro!
¿Pero qué era, al cabo?
Era...Un trozo de mejilla y un poco de nuca...pertenecientes a alguien que estaba ante nosotros, en la masa, a unos pasos..."

Pág 38.(pensar, siguiendo la lectura, posible indicio de homosexualidad de Gombrowicz)

"Hay que recordar que las personas vivimos en un mundo. A oscuras desaparece el mundo. Ya sabe usted, no tenemos nada alrededor, nos quedamos solos. Claro que lo sabe usted. Naturalmente nos lo sabemos de memoria, que cada vez que apagamos las luces, nos quedamos a oscuras, pero ello no empece que en ciertos casos la oscuridad nos ciega por completo, ya me entiende usted...(...)"

Pág 129.(pensar, siguiendo la lectura, posible indicio de homosexualidad de Gombrowicz)

En La seducción, Gombrowicz, Witold, Seix Barral, España, 1968.

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